Esta es la imagen de la película que ha creado tantos altercados en el mundo islámico durante las últimas semanas por el hecho de ser una película que critica a Mahoma y a su religión. La película, producida por Estados Unidos, dirigida por Sam Bacile y titulada La inocencia de los musulmanes, ha sido el origen de múltiples manifestaciones en diferentes zonas del mundo islamista.
En el vídeo, se
muestra como en diferentes países, los altercados han provocado centenares de
heridos y varios muertos por las manifestaciones de carácter bélico a la par
que peligroso. Las protestas se iniciaron en El Cairo, capital de Egipto, tomando
la embajada estadounidense, aunque se han extendido a países como Afganistán y
Libia, donde uno de los muertos, ha sido el embajador de EE.UU, Christopher
Stevens. Las protestas aún continúan en contra de este “insulto” según
consideran ellos a su religión, y parece ser que el odio de los países árabes
hacia Occidente, se incrementa cada día algo más por culpa de conflictos como
este.
Todo el mundo
tiene el derecho de manifestarse por la razón que sea, por la razón que uno
mismo defienda. Pero todo con un término medio, respetando a los demás, sin
causar destrozos de ningún tipo y de manera pacífica, aspecto que al parecer,
los manifestantes islamistas no han tenido en cuenta a la hora de expresar su
odio y rabia hacia las imágenes provenientes de Estados Unidos.
La libertad de
expresión, da igual en qué parte del mundo estemos, esa libertad es lícita para
todo ser humano y puede ser limitada, solamente cuando no se respeta a los demás
a la hora de expresarnos. La religión es un factor importante de esta libertad,
ya que cada persona puede expresar sus pensamientos relacionados con sus
creencias. Por eso, los islamistas deben frenar en parte su carácter violento a
la hora de protestar por algo que les ha ofendido.
Ahora bien, todo el mundo sabe que las críticas, deben
ser siempre constructivas y respetando al otro, al que no opina de igual manera,
por lo que los creadores de esa película y los que la defienden, deberían, tal
vez, pensar en que no está bien entrometerse demasiado con un tema tan polémico,
pueden hacerlo, pero de una manera moderada y sutil, de modo que los que no los
apoyan, no tengan tanto desacuerdo con ellos.
Podemos comparar esta situación
con la de una persona famosa (islam) y la prensa (defensores y creadores de la
película). Por ejemplo, esa persona célebre, tiene derechos de libertad, al
igual que la prensa. Ahora bien, la persona famosa, por el hecho de ser famosa,
no tiene derecho a más cosas que los demás, pero sí a llevar una vida normal
sin que sus secretos más íntimos salgan a la luz. En cuanto a la prensa, su
trabajo es informar en la medida de lo posible, lo que sucede con esa persona
en concreto, pero siempre dejando un margen de intimidad, porque es un derecho
que todos tenemos. Por lo tanto, si la prensa se sobrepasa de los límites de la
intimidad, es lógico que el famoso en concreto, se sienta molesto e incluso,
pueda generar un conflicto con la prensa, por ejemplo, judicial.
Pero el
personaje, no puede tampoco quejarse en todo momento de que le están espiando,
porque el trabajo de la prensa es informar todo lo posible, y no se le puede
impedir, siempre y cuando sea de un modo moderado.
Por lo tanto, lo
que cabe destacar de este tema es que la religión es un tema conflictivo de por
sí, y que la libertad de expresión, tiene unos límites que llegan hasta donde
está la libertad del otro. Entonces, ¿por qué no somos más moderados en cuanto
a las críticas? ¿Por qué nos resulta tan difícil respetar la libertad del otro?
¿Será porque el ser humano es un ser crítico por naturaleza?
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